De los últimos cuatro partidos en los que Atlético recibió cuatro goles, el de ayer fue en el que más oposición puso. El consuelo parece de tontos y encima muestra cómo la actual defensa volvió a cometer viejos pecados e hizo recordar a la temporada anterior cuando Instituto (0-4), Quilmes (0-4 y River (2-4) se aprovecharon de ellos.

Los que convirtió Central sorprenden, más allá de que se trate del líder del torneo: el local llevaba tres partidos con la valla invicta y en los últimos siete, había encajado cinco, uno más de los que ayer recibió en 90 minutos.

¿Cómo pasó esto? Por cuatro centros que fueron cuatro goles. Ahí está la clave. Ricardo Rodríguez había logrado cierta seguridad aérea entre sus defensores y por más que Deivis Barone esta vez tuvo gol y asistencia a favor, junto a Líder Mármol sufrieron proporcionalmente a Néstor Bareiro y a Diego Lagos, los "canallas" que se repartieron las conquistas del ganador.

Tantos números pueden marear y quizás es tiempo de acudir a los más importantes: los que definen si Atlético sigue teniendo chances de pelear por un ascenso: la de ayer parecía la última y los resultados de esta fecha fueron lapidarios: ni Gimnasia (LP) (49), ni Gimnasia (J) (42) ni Sarmiento (39, con un partido menos) parecen perder el tiempo y ganaron. Olimpo (47) empató, pero tiene margen. Los 36 de Atlético son modestos hasta ahora.

Nadie tira la toalla: "ganando tres o cuatro partidos al hilo te prendés", es la voz tranquilizadora, pero teniendo en cuenta que la última victoria data del 9 de febrero (2-0 ante Crucero), uno de los objetivos está mucho más lejos.



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